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sábado, 5 de enero de 2013

Capítulo I

[Este es un libro de ficción, no una biografía]



Capítulo uno

Mierda. Malditas medias, malditas sean todas las medias de este planeta. ¡Pero si ni las he tocado! Ahora a ver qué hago, joder. Abro el cajón de los calcetines de un tirón y empiezo a rebuscar lo que en el fondo sé que no hay: unas medias sin romper. Siguiendo la rutina de cada vez que salgo de fiesta, me arrepiento de haberme empeñado en comprarme unas medias en vez de llevar los vaqueros, que al final es lo que mejor queda. Mira, pues vaqueros y a tomar por culo.
- ¡Avísame cuando vuelvas!
- Vale, mamá
Procedo a ponerme rímel sin pegotes, todo un desafío. ¿Cómo me dijeron el otro día? En zig-zag. ¿Eso qué significa?
- ¿Cómo vas?
- En coche, creo
- ¿Crees?
-  Aún hay tiempo de que alguien se ofrezca a recogerme…
Sonrío para mí misma. Ilusa. Nadie te va a llamar para ofrecerse a recogerte. Esos tiempos ya pasaron, reina.
- Mamá, que voy en mi coche, no te preocupes
- Bueno, pues cuidado y todo eso
Hago a todo correr un cambio de bolso haciendo un recuento rápido: llaves, móvil, cacao…la cartera aquí no cabe. No puedo evitar poner los ojos en blanco, ¡ya llego tarde como siempre! Y de repente me miro de reojo en el espejo de la entrada. Voy igual que todos los viernes. Cada vez más delgada, el pelo cada vez más largo…pero los mismos vaqueros, parte de arriba y tacones negros, al fin y al cabo. ¿Estoy a tiempo de recuperar las medias?

Me subo al coche como un rayo, he salido corriendo de casa para que mi madre no se fije en el roto y así ahorrarme la charla de ¿cómo es eso que dice siempre? "Si te vistes de bruja atraerás a los demonios". Pues eso. Me niego a creer que las cosas son así de simples. Yo no soy ninguna bruja. Sobretodo, que hoy en día nadie se piensa nada porque lleves las medias un poco rotas, es que ni se ve, vamos. La tapo con la falda y a correr.
A ver, musiquita para animar la noche. Está puesto el disco de Hombres G…me vale. Voy tarareando hasta aparcar en la casa donde es la fiesta. Como era de esperar, no hay sitio para aparcar y me voy a tener que dar el paseo.

- ¡Hola! Perdón por llegar tarde…
- ¡No te preocupes! No llegas tan tan tarde, solo tarde, en tu linea. Pasa.
Mi amiga y cuñada Marta ya está acostumbrada a que llegue tarde, de hecho me suelen decir que hemos quedado media hora antes para que llegue a la hora correcta. Así soy yo, me rodea un margen de error de media hora. Me bajo un poco la falda al acordarme de la carrera. Sonrío y entro en el salón, que está a rebosar de gente, e intento ubicar alguna cara conocida. Veo por ahí a mi primo Nico, el novio de Marta; también a mis amigas de la uni y a bastantes amigos de verano y con una sonrisilla me acerco al mogollón. "¡Hola! ¿Qué tal todo? ¿Cómo llevas los exámenes? ¡Yo tampoco he empezado a estudiar! Es que maldito plan Bolonia… ¿Luego sales? ¿A dónde? Yo no sé si Bisu o Keeper…depende de donde vayan todos. Si, si, ahora nos vemos, hasta ahora". Las mismas conversaciones de todos los días, casi las tenemos sin pensar lo que estamos diciendo o lo que te están contestando; lo más divertido es lo de "ahora nos vemos" y mientras lo dices sabes que es poco probable que vuelvas a hablar con esa persona en lo que queda de noche.
- Tía, llevas las medias rotas
Me giro para ver a mi amiga Alejandra escrutando mi vestimenta.
- Si. Estaba harta de los vaqueros. ¿A qué hora has llegado?
- Hace un rato. Luego salimos ¿no?
- Por mi genial, si
- mmm…oye, por cierto- me dice mirando nerviosa alrededor - ha venido Jaime, ¿quieres una copa?
Me río un poco amargamente mientras le busco con la mirada
- Voy en coche, no puedo
- Yo te llevo a casa luego, anda, tómate una copa- insiste nerviosa.
- ¿Se puede saber qué te pasa?
- Nada, nada… Bueno, tú ya estás mejor y eso ¿no?
- No sé qué decirte. ¿Mejor que cuando? ¿Que cuando estábamos juntos, que cuando lo dejamos…?
- En general, Blanca, que si lo tienes más o menos superado, digo
- Más o menos, si. ¿A qué viene esto?
Y otra vez mira inquieta alrededor. Y entonces lo entiendo.
- ¿Está con alguien?
Ale me mira a los ojos un segundo y eso basta para confirmarlo.
- Genial. ¿La conozco?
- No creo. Yo no, desde luego.
Me doy la vuelta dispuesta a encontrarla. Y ahí están. De repente les veo. Él, moreno, de camisa, muy guapo, como siempre. Ella bien pegada a él; blancucha, pelo largo y castaño, delgadita, ojos verdes. Me bajo inconscientemente la falda al verla a ella tan arreglada, tan perfectamente vestida.
- ¿Cómo se llama?- pregunto con la mirada fija en ellos
- Blanca
Cierro los ojos.
- Es broma ¿no?
Ale niega con la cabeza
- ¿Lo ha hecho aposta tú crees?- pregunto
- ¿El que?
- Pues salir con mi puto clon.
- Pero si no os pareceis en nada…
- Mira Ale; mismo pelo, mismo nombre, mismo color de ojos, piel…déjame adivinar, es del noventa y uno y estudia E3 en Icade.
- Pero si nosotras no estudiamos eso…
- Me da lo mismo. Es lo que estudian todas esas- digo molesta
- Me parece que estás un poco paranoica eh…
- Mazo, mazo paranoica- digo irónicamente, enfatizando el "mazo"
- Odio que digas eso así. O dices mazo o no lo dices, pero no lo digas para meterte con los que lo dicen.
La miro entornando los ojos.
- Me parece que estás un poco paranoica eh
Ella levanta las manos como diciendo "lo que tú digas".
- Voy a tomarme una copa- digo al fin
- Buena idea, si.
De camino alguien me coge del brazo.
-Feliz año, Blanca, que no nos hemos visto…
Es Santi, mi vecino. Nos conocemos de toda la vida. Es un tío muy guapo, siempre me ha caído bien, aunque a la gente de primeras no le suele gustar. Es consciente de que físicamente está muy bien y eso le hace ser un poco prepotente. Tiene un handicap y es que su máxima es ligarse todo lo que lleve faldas, lo que resulta un poco triste y frustrante, ya que no se puede ser mujer y pretender ser su amiga. Tal vez es amigo de las niñas con las que se ha enrollado ya alguna vez….está por ver.
- Feliz año, Santi. ¿Cómo estás?
- Bien. He visto que está Jaime por aquí.
Qué encanto. Tenía que sacar el maldito tema.
- Ah, no le he visto- digo mirando mi copa
Él sonríe
- Si, lo has hecho.
- Y si lo he hecho, qué
- Si no digo nada… ¿La has visto a ella?
No contesto.
- Así que también la has visto.
- ¿Te has propuesto estropearme la noche?
- Eh, pero no te pongas así…
- No sé, ¿de verdad no se te ocurre ningún otro tema del que hablarme que mi ex novio y su nueva…lo que sea?
- No pretendía molestar
- Ya
- Tú eres más guapa- dice dándome un empujón cariñoso
- Anda déjalo ya, en serio.
- No te pongas triste, que todos sabemos que tú le das mil vueltas.
- Si, pero al final ¿quién está con él, eh? Dime
- Te recuerdo que fuiste tú quien no quiso volver con él
- Ya estamos otra vez… Mis motivos tendría.
- No te digo que no. Pero ahora no te pongas así porque él haya rehecho su vida.
De repente la realidad me da de lleno en la cara. Esa realidad que no dejo que se cuele en mi cabeza, esa a la que intento evitar a toda costa desde que me levanto por las mañanas, haciendo planes, estudiando, manteniéndome ocupada en todo momento, hasta que me acuesto por las noches. La maldita realidad de que estoy sola. Sola, sola, sola y sola. Un desagradable escalofrío me recorre la espalda sin que pueda evitarlo. Intento no seguir pensando en ello, pero mi vida me parece por un momento absurda y sin sentido. La gente sigue con sus vidas, conoce a gente nueva y hace planes, como si nada hubiera pasado. Como si Jaime y yo nunca hubiéramos roto o hubiéramos estado saliendo siquiera. Como si los cuatro años que estuvimos juntos no valieran nada ya. Eso a la gente se le olvida. Me viene a la cabeza esa escena de The Holidays en la que Kate Winslet dice algo así como "sentirte el ser más pequeño e insignificante de este planeta, notar dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabias que tenías. Y no importa cuántas veces te cambies de peinado, te apuntes al gimnasio o cuantas copas te tomes con las amigas, porque sigues acostándote noche tras noche repasando cada detalle y preguntándote qué hiciste mal o qué…pudiste malinterpretar. A veces incluso logras convencerte de que él verá la luz y se presentará en tu puerta". ¿Por qué no seguí con Jaime cuando él me lo pidió? ¿Qué estúpido motivo me pareció tan importante o qué parte de esta nueva vida sin él no me esperaba?
- Eeeeeoooo Blaaaaancaaa
Santi está agitando una mano delante de mi cara para sacarme de mis ensoñaciones.
- Si, si, perdona, Santi, te dejo que tengo que encontrar a…alguien.
Intento llegar a la terraza cuanto antes, ¿hacía este calor cuando llegué? Me cruzo con varias personas a las que saludo por encima sin entretenerme mucho y por fin salgo fuera y respiro una bocanada de aire bien frío. Me apoyo contra una pared de ladrillo y echo la cabeza para atrás, cerrando los ojos. Necesito calmarme, necesito pensar con claridad. Tengo veintiún años, no puedo sentirme como si fuera una Kate Winslet; yo tengo toda mi vida por delante, no se acaba el mundo. ¿No?
Está oscuro y fuera hace frío, lo normal para ser enero en Madrid. Es raro que aun no esté tiritando, tratándose de mi. El vaho sale continuamente de mi boca, ¿estoy jadeando? ¿qué me pasa? Recién entrado el 2013 la gente ya está pensando en los exámenes, los viajes de esquí, Cancún… Y yo sigo aquí parada. Con más planes desechos que por hacer. No hace ni dos meses que lo dejamos y aun no le he dicho a mi hermana que Jaime no vendrá conmigo a su boda. Oh, por favor, que no me siente con todas sus amigas y sus novios…Es lo que me faltaba. Todos preguntándome ¿Y Jaime? ¿Y Jaime? ¿Y Jaime? JAIME NO ESTÁ ¿VALE? ERES CIEGA O QUÉ. Me río al imaginarme la escena…yo con ojeras y las medias rotas. Como la loca de los gatos de los Simpsons.
- Te veo bien
Me giro para ver cómo Jaime se sienta en una silla enfrente de mi y al pensar en lo que me acaba de decir me entra la risa tonta y me río aún más. Él, un poco descolocado, sonríe y suelta una risita sin entender nada.
- ¿Me ves bien?- pregunto irónica
Él asiente.
- No sé, guapa como siempre. Santi detrás de ti… Y tú riéndote sola en la oscuridad. ¿No es algo bueno?
Suelto un bufido mientras niego con la cabeza.
- Santi no está detrás de…
- Oh si, claro que lo está- me corta
- Bueno, no más que de cualquier otra, quiero decir.
- Es absurdo discutir esto. Ya lo hemos hablado muchas veces.
- Muchas veces, si.
Silencio
- ¿Estáis juntos?- pregunto sin mirarle a los ojos.
Tarda en contestar, y al hablar me llama la atención el vaho que sale de su boca…es como si estuviera fumando y él no fuma. Tiene gracia.
- No estoy seguro.
- ¿Y eso qué significa?
- No se, hemos salido un par de veces, hablamos, pasamos tiempo juntos…
- ¿Te has acostado con ella?- y me duele la respuesta incluso antes de saberla.
- si
Silencio
- Yo me acosté con Santi
Levanta la mirada de su vaso y su respiración se vuelve fuerte, pero no dice nada.
- Perdona, a lo mejor no tendría que habértelo contado...
- Puedes hacer lo que quieras. A mi ya no me incumbe. Tú sabrás lo que haces con tu vida- dice levantándose
- ¿No me vas a dar la charla sobre lo bajo que he caído y esas cosas?- pregunto para que no se vaya
- ¿Para qué? Si ya te has dado cuenta tú sola.
- No me arrepiento de haberlo hecho- y mientras lo digo me replanteo si me arrepiento o no
- Guay- dice haciendo amago de volver a la fiesta
- Espera, por favor
Ya estoy tiritando
- ¿Qué quieres?
- ¿Por qué siempre tienes que irte tú todo digno dejándome a mi con la sensación amarga en la boca? No he hecho más que tú. Y yo no me he puesto así porque te hayas acostado con mi clon
-  ¿tu qué?
- Con la tal Blanca esa
- ¿Qué me quieres decir con eso?
Eso, ¿qué le quiero decir con eso?
- Mira, que ojalá te vaya bien con ella
- ¿Lo dices en serio?
Tras pensarlo brevemente respondo:
- No
- Ya lo suponía
Levels empieza a sonar desde dentro de la fiesta y se nota el subidón repentino en el ambiente.
Los dos hacemos amago de entrar, pero se para y me deja pasar a mi primero.
- Tienes las medias rotas
Yo aprieto con fuerza los dientes, intentando con todas mis fuerzas aguantarme las lágrimas que luchan por salir.

2 comentarios:

  1. Nunca había entrado en tu blog a pesar de que tú sigues el mío desde hace un año o así. Esta entrada me parece increíble. Me siento muy identificada,

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